La cuestión de cómo se puede investigar científicamente la “conciencia” es extremadamente compleja. No se puede responder por sí sola desde un punto de vista neurocientífico, psicológico o filosófico. Ya objeto de tal investigación, se desdibuja en la arbitrariedad de la comprensión de lo que es la conciencia. Ya en 1913, el psicólogo Watson llegó a la conclusión, de que conceptos como la conciencia eran un lastre no científico que no tenía cabida en la ciencia. “Para los representantes de tales psicologías “…”no nos digan lo que es la conciencia, sino que simplemente comiencen a poner algo en ella” (Watson 1968). Esta crítica no ha quedado obsoleta ni siquiera hoy en día.
Un examen científico serio de la cuestión, de qué es la conciencia, las sensaciones subjetivas y similares y cuáles son sus correlaciones neurobiológicas, debe tratar de aclarar estos conceptos apropiadamente e indicar los criterios por los cuales se puede determinar, si una actuación humana o animal es consciente o está acompañada por una experiencia subjetiva, o si es una actuación que tiene lugar sin conciencia o sensación subjetiva. Sólo esta precisión es un requisito previo para que los procesos neurobiológicos que caracterizan la conciencia puedan ser investigados científicamente y para que los procesos neurobiológicos que caracterizan la conciencia sean reconocibles en absoluto.
El concepto de conciencia fue aclarado en el marco de investigaciones metodológicas y neuropsicológicas. En pacientes con daño cerebral se demostró cómo el desarrollo de una impresión visual consciente puede medirse cuantitativamente en contraste con un procesamiento inconsciente de estímulos visuales en el cerebro y cuáles son los procesos neuronales subyacentes. Los resultados se describieron en:
R. Werth:
Bewußstsein
(Conciencia)
Springer-Verlag
Berlín Heidelberg New York Tokio
1983
R. Werth:
Die Natur des Bewusstseins
(La Naturaleza de la Conciencia)
Verlag C.H. Beck
Múnich
Cómo surgen la percepción y el libre albedrío en el cerebro
2010
Uno de los cambios de conciencia más difíciles de comprender, que pueden ser desencadenados por el daño cerebral es la falta de conciencia de la existencia de la mitad del espacio y/o del cuerpo, un trastorno conocido como “negligencia” (“descuido”). Los pacientes ya no dirigen la cabeza y los ojos a la mitad de la habitación; los objetos en esta mitad de la habitación son ignorados como si no existieran. Por ejemplo, sólo se comen los alimentos de la mitad derecha de un plato; mientras al dibujar un objeto no se muestra su lado izquierdo. Los pacientes no se lavan ni visten la mitad del cuerpo y sólo se afeitan la mitad de la cara. No son capaces de encontrar el brazo de un hemisferio corporal o un objeto, por ejemplo, a la izquierda de ellos. No se expresan verbalmente de la mitad de una habitación y/o cuerpo y no parecen comprender las expresiones de otras personas sobre la mitad de una habitación o sobre un hemisferio del cuerpo. A pesar de la inteligencia normal, los pacientes se comportan como si la mitad de la habitación y/o del cuerpo hubiera dejado de existir. En el marco de un proyecto de investigación se especificaron los criterios diagnósticos para este trastorno, los numerosos fenómenos diferentes en los que se expresa el trastorno y la base neuronal del trastorno investigado. Los resultados se describieron en:
R. Werth:
Neglect nach Hirnschädigung
(Negligencia después del daño cerebral)
Reducción unilateral de la atención y de la representación espacial
Verlag C. H. Beck
Múnich, 1998
Una descripción literaria de los fenómenos más esenciales se puede encontrar también en :
R. Werth:
Hirnwelten (Mundos cerebrales)
Informes desde el borde de la conciencia
Verlag C. H. Beck